Naturalmente para estas alturas la iglesia edificada por Alfonso III ya se había quedado pequeña y no podía acoger tanto peregrino. En el siglo XI se inicia la construcción de una catedral, en estilo románico, que envuelve completamente la anterior construcción que no es derribada hasta estar concluida la enorme catedral, digna del fervor despertado que se consagraría en el siglo XIII. En 1122 se instituye el Año Santo Compostelano por parte del Papa Calixto II.
Las peregrinaciones se siguen sucediendo extendiéndose los caminos por toda Europa, sería durante los siglos XII y XIII cuando las peregrinaciones a Santiago encuentran su mayor auge. Hacia 1139 se escribe el "Codex Calixtinus" que incluye entre sus páginas la primera guía del peregrino a Santiago.
Desde la reconquistada Andalucía transitan hacia el Santo Lugar los cristianos y mozárabes que hacen suya otra de las calzadas romanas usadas desde remotos tiempos, la vía que comunicaba Emerita Augusta (Mérida) con Asturica Augusta (Astorga) y posteriormente alargada hasta Gigia (Gijón) por el norte para acceder al mar y hasta Hispalis (Sevilla) la Vía de la Plata se convierte así en la tercera gran ruta de peregrinaje a Compostela, el Camino Mozárabe. También se usaron otras vías mas cortas como el Camino Portugués o el Camino Inglés que era seguido por los insulares británicos que desembarcaban en Coruña.
Aprovechando el gran auge en las peregrinaciones, los reyes cristianos, conscientes del papel que desempeña el Camino, construyeron numerosos monasterios, crearon infraestructuras para facilitar el paso a los peregrinos, levantaron puentes, abrieron bosques, construyeron hospitales para su descanso y curación, y crearon burgos de comerciantes que serían el germen de nuevas ciudades nacidas por y para el Camino.
El Camino de Santiago se convierte en nexo de unión entre los pueblos del viejo continente, el continuo transitar de peregrinos, artesanos, comerciantes, ... produce un intercambio cultural, artístico y de ideas que se van moviendo por toda Europa, enriqueciendo a todos y cada uno de sus partícipes.
Durante el siglo XV el Camino comienza su declive, la peste negra diezma la población europea, se desatan continuas guerras, las ideas cambian y, para colmo, las reliquias del Apóstol son escondidas por el temor al saqueo por parte de las tropas inglesas de Drake como venganza a la intervención de la Armada Invencible en costas británicas. Durante el siglo XVII continúan las epidemias y guerras en Europa. Las horas bajas continúan hasta el siglo XIX en que las peregrinaciones son puramente anecdóticas. Al finalizar dicho siglo, durante unas obras en la catedral compostelana, se recuperan las perdidas reliquias del Apóstol. En la segunda mitad del siglo XX el Camino de Santiago renace, intereses culturales, artísticos, históricos y, hasta deportivos, resucitan el Camino produciéndose un auge impresionante que se acelera al final del siglo. Como ocurriese antaño, los dirigentes políticos se dan cuenta de su importancia y se apresuran a su recuperación, señalización y a volver a dotarlo de infraestructuras para ganarse al peregrino, que ahora lo recorre con tarjetas VISA en el bolsillo y vota en las elecciones...